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Produtos bancarios de aforro

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Aínda que se fala conxuntamente de aforro-investimento, hai que puntualizar que investir non é o mesmo que aforrar. O aforro e o investimento van da man, porque para investir, primeiro debes acumular algunha suma aforrando.

Que é aforro-investimento? Aforrar é non gastar os cartos para poder acumulalos, sendo recomendable depositalos nalgún produto financeiro deseñado para tal fin, que che proporcionará intereses. Investir, en cambio, significa arriscar parte deses cartos coa esperanza de gañar máis a cambio.

Podes gañar moito, pero tamén podes non gañar nada e, mesmo, podes perder todos os cartos investidos. A diferenza entre aforrar e investir é precisamente esa incerteza ou risco, maior ou menor segundo o produto.

O risco tende a diminuír a longo prazo. Por iso, os produtos de investimento recoméndanse, sobre todo, cando non necesites tocar eses cartos durante algúns anos.

Depósitos a prazo Un depósito a prazo (tamén chamado imposición a prazo fixo) é un produto que consiste na entrega dunha cantidade de cartos a unha entidade bancaria durante un tempo determinado. Transcorrido ese prazo, a entidade devolve os cartos, xunto cos intereses pactados. Tamén pode ser que os intereses se paguen periodicamente mentres dure a operación. Os intereses liquídanse nunha conta corrente ou caderno que o cliente terá que ter aberta na entidade ao comezo.

Las diferencias entre un depósito a plazo y los depósitos a la vista (cuentas corrientes y libretas de ahorro) son:

  • Los depósitos a plazo tienen una “fecha de vencimiento”, que es cuando se puede retirar el dinero y los intereses sin pagar por ello una penalización o comisión. No se puede disponer de la cantidad depositada hasta la fecha de vencimiento.
  • Si necesitaras disponer de tus ahorros antes de la fecha de vencimiento, deberás abonar una penalización o una comisión por cancelación anticipada. Ojo: las penalizaciones no aparecen en los folletos de las tarifas y las comisiones sí, aunque unas y otras deben figurar en el contrato. La penalización y las comisiones no pueden ser mayores que el importe de los intereses brutos devengados desde el inicio de la operación.

En el mercado también hay depósitos que no permiten la cancelación anticipada o que sólo la permiten en condiciones especiales.

  • En términos generales, los depósitos a plazo te brindan mayor interés que los depósitos a la vista.
  • En los depósitos a plazos no se permite domiciliaciones de recibos y nóminas, ni otros conceptos de movimiento de cobros o pagos.

Si tienes contratado un depósito a plazo, debes estar atento cuando se acerque su fecha de vencimiento para poder tomar decisiones sobre su renovación.

Algunos depósitos se renuevan una vez cumplido el plazo, por otro plazo igual, si el titular así lo desea. Si no, el contrato se extingue y el dinero se ingresa en una cuenta corriente o libreta asociada.

Otros depósitos se renuevan automáticamente, pero normalmente por un tipo de interés inferior. También existen depósitos que no permiten renovación. Como cliente, debes informarte de las opciones de renovación y tomar las decisiones en función de tu situación y necesidades en ese momento.

El tipo de interés es el precio que la entidad financiera te paga por el dinero que depositas. Aunque en los contratos encontrarás el tipo de interés nominal, para poder comparar las ofertas de distintas entidades es preferible utilizar la TAE (Tasa Anual Equivalente). La TAE indica el coste o rendimiento efectivo de un producto financiero, ya que incluye el tipo de interés nominal, menos las comisiones y otros gastos que puedan aplicarse, teniendo en cuenta el plazo de la operación. Es un indicador mucho más fiable de la rentabilidad real. Pero la comparación sólo será válida entre depósitos con plazos iguales.

El interés ofrecido para un depósito a plazo depende del mercado y de la necesidad de las entidades de crédito de captar fondos.

Normalmente se pacta un interés fijo para la duración de los depósitos a plazo. Sin embargo, cada vez es más frecuente ofrecer tipos de interés variables o mixtos; es el caso de los depósitos estructurados, en los que, tras un periodo inicial a un tipo fijo, se aplica un tipo variable vinculado a la evolución de un índice, al valor de una cesta de acciones o incluso a la posibilidad de que ocurra un hecho futuro.

Las entidades cada vez ofrecen más estos depósitos, que tienen en el interés fijo asegurado uno de sus principales atractivos. Sin embargo, por sus peculiaridades no encajan con la descripción que estamos realizando de los depósitos.

Se suelen ofrecer tipos de interés bastante elevados para ciertos depósitos a plazos cortos (un mes, dos meses), pero hay que tener en cuenta que el tipo ofrecido suele hacer referencia a un periodo anual, por lo que hay que realizar algunos cálculos para obtener los intereses que de verdad van a percibirse, teniendo en cuenta el plazo de duración del depósito.

Por ejemplo, decides contratar un depósito a un mes por valor de 1.000 €, a un tipo de interés nominal anual del 6%. Tipo de interés nominal: 6% (TAE: 6,17%) Intereses mensuales: (6% / 12) x 1000 = 5 euros

Ese porcentaje se refiere al año, pero a ti sólo te corresponderá la parte proporcional a un mes, es decir, su rentabilidad real será 1.000 € x 0,5% = 5 €.

Como en general estos depósitos no pueden renovarse al vencimiento, al final del mes te ingresarán 1.005 € en una cuenta corriente vinculada al depósito (menos la retención del 19% = 0,95 €).

Normalmente sólo merece la pena la contratación de un depósito a un mes para cantidades importantes de dinero. En el ejemplo anterior, si el importe del depósito fuera 100.000 €, en un mes conseguirías una rentabilidad de 500 €.

En ocasiones se ofrece como rentabilidad un porcentaje fijo para toda la vida del depósito. Por ejemplo, un 3% para un depósito de 1000 € que se mantenga durante 2 años. Ten en cuenta que no se está mencionando ningún tipo de interés: la compensación que recibirá el cliente será de 30 euros al cabo de los 2 años, lo que equivaldría a un tipo de interés nominal del 1,5%.

Los intereses recibidos por los depósitos se consideran rendimientos de capital mobiliario. Al hacer la declaración de la renta, se integran en la base imponible del ahorro que, tributa por tramos, según su importe total:

Tributación de la base imponible del ahorro

Tipo de gravamen Renta 2020


de hasta% tributación
0€

6.000€ 

19%

6.001€

50.000€

21%

50.001€

en adelante

23%


Además, en el momento de recibir los intereses del depósito, el importe íntegro está sujeto a una retención del 19%.

A veces las entidades ofrecen, en lugar de intereses, algún artículo a cambio del depósito: vajillas, baterías de cocina, etc. Hay que tener en cuenta que estos rendimientos en especie también están sujetos al pago de impuestos. Se considera que la rentabilidad obtenida es el valor de mercado del artículo. Ese valor de mercado se calcula multiplicando el importe pagado por la entidad por 1.2 y se integra a la base imponible del ahorro, tributando también al 19%, 21% ó 23%, según su cuantía. La entidad calcula la TAE correspondiente.

Cabe destacar que en los depósitos con rendimiento en especie se entrega el artículo al comienzo del plazo del depósito, por lo que no se permite la cancelación anticipada.

Ventajas:

  • Seguridad
  • Flexibilidad para elegir plazos
  • Rentabilidad fija


Inconvenientes:

  • No tiene liquidez (sin penalización)
  • Normalmente se puede obtener rentabilidades mayores con otros productos.

El principal atractivo de un depósito a plazo es la seguridad de no perder el capital y de cobrar un interés fijo determinado de antemano. En momentos de incertidumbre en los mercados financieros, puede ser un buen refugio. Todas las entidades ofrecen depósitos a plazo y es fácil encontrar uno que se ajuste a tus necesidades.

Como inconveniente, no podrás disponer de tu dinero durante la duración del plazo pactado. A largo plazo, el interés ofrecido suele ser inferior a lo que puedes conseguir con otros productos de inversión.

Cando che pode interesar contratar un depósito a prazos?

  • Se tes cartos extra que non vas necesitar durante algún tempo.
  • Se non queres correr riscos cos teus aforros.
  • Se podes obter un tipo de interese igual ou maior ao doutros produtos.

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Xa sabes que as contas correntes e cadernos de aforro tradicionais adoitan ofrecer rendibilidades moi escasas ou practicamente nulas. As comisións e gastos de mantemento a pagar e a inflación fan que os cartos depositados nestas contas perda valor.

Contas á vista remuneradas Estas contas serven para unha cómoda xestión de ingresos e pagamentos mediante domiciliacións e transferencias, pero non son produtos de aforro. Non ten ningún sentido deixar cantidades importantes de cartos nunha conta sen rendibilidade.

As entidades ofrecen contas á vista remuneradas (tanto contas correntes como cadernos de aforro). É dicir, brindan rendibilidade e liquidez.

Como inconveniente, non todas che permiten toda a operatividade das contas correntes e dos cadernos ordinarios. Por exemplo, moitas non admiten domiciliacións de nóminas nin recibos nin tarxetas de crédito/débito; deberás abrir outra conta para estas operacións.

A falta de operatividade pode parecer un inconveniente, pero non o é se queres aforrar, xa que non podes facer pagos nin gastos con tarxetas. Hai contas correntes con rendibilidades similares aos depósitos a prazo, pero coa vantaxe de que os teus cartos están dispoñibles se os precisas. Por iso as contas á vista remuneradas son un produto indicado para gardar, polo menos, parte do fondo de emerxencia.

Sen ningunha dúbida, as mellores ofertas de contas correntes con alta rendibilidade son as que se contratan en Internet. A maioría delas, ademais, non cobra comisións nin gastos de mantemento.

Hai que ter coidado ao comparar as ofertas. Moitas entidades ofrecen rendibilidades realmente altas, pero só durante un período inicial curto, por exemplo o primeiros seis meses. Despois o interese será moito menor, ou variable en relación con algún indicador. Se pensas deixar os cartos na conta durante algún tempo, pode ser máis vantaxoso buscar unha rendibilidade aceptable sen límite de prazo.

Convén que o tipo de interese sexa polo menos superior á inflación.

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