¿Has medido alguna vez tus gastos hormiga?
01/12/2022

Decía Benjamin Franklin que hay que cuidar de los pequeños gastos: un pequeño agujero hunde un barco. Es lo que puede suceder con los gastos hormiga y nuestras finanzas personales.
Es muy probable que, si repasas el último mes, puedas identificar pequeños gastos que no eran en absoluto necesarios. Se trata de pequeños gastos, diarios y casi invisibles pero que, si los juntas, alcanzan una cantidad de dinero importante y pueden crear un agujero en nuestra economía personal.
¿Sabes a cuánto ascienden tus gastos hormiga de un mes? ¿Y de todo un año? Seguro que suponen una cantidad considerable y que buena parte de ellos puedes reducirlos, contribuyendo al ahorro.
¿Por dónde empezamos? El primer paso es identificar esos pequeños gastos y apuntarlos, tanto el concepto como el importe: compras impulsivas, ese café camino del trabajo, una suscripción a una plataforma digital que no usas…
El siguiente paso es analizar cuáles de ellos son prescindibles o en cuáles puedes buscar una alternativa más barata. No te olvides de incorporarlos a tu presupuesto personal. Puedes establecer una determinada cantidad mensual a los gastos hormiga y ceñirte a esa planificación para no descuadrar el presupuesto.
Consejos para reducir los gastos hormiga
- A la hora de hacer la compra, muchos productos llaman nuestra atención y los terminamos echando en el carro por impulso. Para evitarlo, prepara una lista y cíñete a ella.
- Vigila comisiones bancarias que puedes evitar, como sacar dinero de un cajero ajeno a tu entidad o la comisión por realizar un pago fuera de plazo.
- Revisa las cuotas mensuales de distintos servicios como el gimnasio o las suscripciones a revistas y plataformas digitales para valorar si haces un uso suficiente de ellos que justifique el pago mensual.
- Para desplazamientos de corta distancia, aprovecha para caminar o usar la bicicleta en lugar del coche.
- Cuidado con las compras impulsivas, ya sea en tiendas físicas o en comercio online. Compras fáciles, en un clic, de productos que después terminas por no usar.
- Cocina en casa, planificando tus menús semanales y la compra de alimentos. De esa forma, puedes llevarte comida al trabajo, evitando comer fuera de casa o pedir comida.
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