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Esta sección supone un importante recopilatorio de información sobre diferentes herramientas y utilidades que un docente puede utilizar para el desarrollo de las actividades con los alumnos. Cuentan con una información básica sobre cada una, como punto de partida para conocerlas.
Rúbricas de Evaluación

Rúbricas de Evaluación

Rúbricas de Evaluación

La rúbrica está conformándose como una herramienta de evaluación cada vez más utilizadas entre el profesorado, especialmente para la evaluación de actividades, temas, etc., que son complejas, imprecisas y subjetivas.

A través de esta herramienta se determinan una serie de niveles de calidad en el logro, frente a una serie de tareas, objetivos, actividades, competencias, etc. que se han de llevar a cabo a lo largo del proceso de aprendizaje. Se representa en forma de matriz, “en la que se presenta como una pauta o tabla de doble entrada que permite unir y relacionar criterios de evaluación, niveles de logro y descriptores (…) La columna indica dimensiones de la calidad y enumera una serie de ítems o áreas que se deben evaluar (…) La fila indica los niveles de dominio (…). En la intersección se incluye una descripción textual de las cualidades de los resultados y productos en esa dimensión y a ese nivel” (Barberá, 2009: 99).

Una Rúbrica o Matriz de Valoración sirve para averiguar cómo está aprendiendo el estudiante, y en ese sentido se puede considerar como una herramienta de evaluación formativa, cuando se convierte en parte integral del proceso de aprendizaje. Partiendo de la premisa de que la evaluación tiene como propósito fundamental proporcionar información sobre los distintos momentos del aprendizaje del estudiante, esta herramienta ofrece ventajas claras como son:

• Es poderosa para el maestro y para evaluar.

• Promueve expectativas sanas de aprendizaje pues clarifica cuáles son los objetivos del maestro y de qué manera pueden alcanzarlos los estudiantes.

• Enfoca al maestro para que determine de manera específica los criterios con los cuales va a medir y documentar el progreso del estudiante.

• Permite al maestro describir cualitativamente los distintos niveles de logro que el es-tudiante debe alcanzar.

• Permite que los estudiantes conozcan los criterios de calificación con que serán eva-luados.

• Aclara al estudiante cuales son los criterios que debe utilizar al evaluar su trabajo y el de sus compañeros.

• Permite que el estudiante evalúe y haga una revisión final a su trabajo, antes de entregarlo al profesor.

• Indica con claridad al estudiante las áreas en las que tiene falencias y con éste conoci-miento planear con el maestro los correctivos a aplicar.

• Provee al maestro información de retorno sobre la efectividad del proceso de ense-ñanza que está utilizando.

• Proporciona a los estudiantes retro alimentación sobre sus fortalezas y debilidades en las áreas que deben mejorar.

• Reduce la subjetividad en la evaluación.

• Promueve la responsabilidad.

• Ayuda a mantener el o los logros del objetivo de aprendizaje centrado en los estándares de desempeño establecidos y en el trabajo del estudiante.

• Proporciona criterios específicos para medir y documentar el progreso del estudiante.

• Es fácil de utilizar y de explicar.

como se recoge en http://www.eduteka.org/MatrizValoracion.php3.

Para elaborar sus propias rúbricas, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:

- Primero, seleccionar uno o varios de los objetivos pedagógicos a los que apunta el te-ma o materia.

- Con esos objetivos en mente, hay que pensar: ¿cuál sería un ejemplo de producto del aprendizaje apto para evaluar auténticamente el nivel alcanzado por un estudiante?

- Imaginar el producto ideal. En otras palabras, si el logro fuese alcanzado al nivel más alto posible, ¿cómo sería? Elabore una lista completa de todas las características que ese producto ideal debería tener.

- Decidir cómo se calificará el resultado, si como "aprobado/no superado", o con un número o una letra. En estos casos, hay que determinar las subcategorías que habrá entre los extremos de la calificación.

- Es importante que se tenga en cuenta esto: si se utilizan pocas subcategorías en la calificación (el caso extremo es el binario aprobó/suspendió) la medición carecerá de la precisión necesaria para describir adecuadamente los logros. Si, en cambio, se utilizan muchas, no sólo se volverá un problema definir las cualidades de cada una de ellas, sino que luego se complicará innecesariamente el proceso de calificación, y deberá "hilarse muy fino" para categorizar cada producto.

- Luego hay que preguntarse: ¿qué características tendrá un producto mínimamente aceptable? Este nivel corresponde al "punto de corte" entre lo aceptable y lo que no lo es (la nota de "aprobación"). Idealmente (como en el caso de rúbrica presentado más arriba), la categorización es simétrica; el punto de corte está en el centro (C) y por encima y por debajo hay la misma cantidad de niveles de calificación. Pero puede ser que se trabaje bajo otros conceptos, como el de "porcentaje de adquisición" de conocimientos o habilidades. Este es el criterio tradicional con el que, por ejemplo, se utilizan los números del cero al diez para calificar a los alumnos y se establece que la aprobación se consigue con un seis o un siete, lo cual equivaldría al sesenta o setenta por ciento del máximo. Dónde se ubique el punto de corte o aprobación no tiene relevancia, en tanto por encima y por debajo haya suficientes niveles como para describir adecuadamente el nivel alcanzado.

- Hay que analizar la rúbrica final con las características requeridas en cada subcategoría y equilibrar, adecuadamente los niveles. Se pueden utilizar escalas de términos como "todos, la mayoría, la mitad, pocos, ninguno" para establecer criterios fáciles de interpretar en torno a un objetivo.

- Finalmente hay que tener en cuenta que las primeras rúbricas pueden no ser perfec-tas. Hay que escuchar a sus alumnos una vez calificados; prestar atención a los comentarios que pudieran hacerle sobre el modo en que los ha evaluado, y hay que volver sobre su rúbrica para adaptarla y corregirla.

Así mismo, se podría llevar a cabo un análisis de la propia rúbrica, con la propuesta realizada por en su artículo “La evaluación del estudiante a través de la rúbrica” (Martínez Figueira, Mª E. y Raposo Rivas, M., 2011: 1), y que recogemos a continuación.

Existen muy diversas herramientas que permiten al docente crear una rúbrica de forma fácil y sencilla. Destacamos dos:

Rubistar: http://rubistar.4teachers.org/index.php?skin=es&lang=es&

Rubric Tool: http://www.uen.org/rubric/

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System.out.println("dos");
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