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Características de las acciones

16/04/2010

Características de las acciones
Acciones cotizadas y acciones no cotizadas

Las acciones cotizadas son aquellas que se pueden vender y comprar libremente en un mercado secundario oficial (Bolsa de Valores). Las empresas que las ponen en circulación deben cumplir ciertos requisitos. Esto es muy importante para un inversor, porque le permite deshacer la inversión en cualquier momento y recibir a cambio un precio de venta establecido objetivamente (el precio de mercado), sin tener que buscar por su cuenta un comprador para las acciones.

Las acciones de las empresas no cotizadas no cuentan con estas ventajas.

Mercado primario y secundario de las acciones

Mercado primario

En el mercado primario, la empresa crea acciones nuevas e invita a los inversores a comprarlas, convirtiéndoles en socios propietarios (accionistas) y resolviendo así sus problemas de financiación. Ocurre siempre que se constituye la sociedad y que se amplía capital, para lo que se aumenta el número de acciones en circulación.

Mercado secundario

El mercado secundario de la renta variable está constituido por las bolsas, donde los inversores negocian (compran y venden) acciones cotizadas ya en circulación con otros inversores que las quieren vender o comprar. La inmensa mayoría de las transacciones se da en este mercado secundario.

En España existen cuatro Bolsas de Valores, o mercados secundarios organizados y oficiales:

  • La Bolsa de Madrid
  • La Bolsa de Barcelona
  • La Bolsa de Valencia
  • La Bolsa de Bilbao.

Las cuatro bolsas comparten una plataforma tecnológica de contratación, llamado el Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE), base del mercado continuo en el que se realizan la gran mayoría de transacciones.

Las acciones se pueden representar mediante títulos físicos y anotaciones en cuenta, pero si cotizan en Bolsa es obligatoria la anotación en cuenta.

Supervisión

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es la entidad encargada de la supervisión de toda la actividad relacionada con los mercados de valores. Este control se extiende a los propios mercados, a las empresas cuyas acciones cotizan en una bolsa y a los intermediarios que reciben, transmiten y ejecutan las órdenes de compra y venta de cualquier producto, por cuenta de sus clientes.

La CNMV es un ente de derecho público con personalidad propia y plena capacidad pública (en cuanto al ejercicio de sus funciones) y privada (en cuanto a sus adquisiciones patrimoniales y contratación). Está regida por un consejo, cuyo presidente y vicepresidente están nombrados por el Gobierno, a propuesta del Ministerio de Economía y Hacienda.

Su objetivo es “velar por la transparencia de los mercados de valores españoles y la correcta formación de precios, así como la protección de los inversores”. También asesora al Gobierno y a las comunidades autónomas sobre los mercados financieros.

El riesgo de la renta variable para el inversor

El riesgo es una característica inherente a los valores de renta variable. Riesgo significa incertidumbre. Usted no sabe qué rentabilidad (dividendos y/o plusvalías) puede obtener de su inversión. La rentabilidad puede ser muy inferior o muy superior a lo esperado.

En general, cuando se habla del riesgo de la renta variable suele considerarse sólo el riesgo de precio, puesto que se entiende que el resto de los riesgos (de insolvencia, de inflación, de tipo de interés, de tipo de cambio….) ya están incluidos en éste. Es decir, el principal riesgo de una inversión en acciones es que baje su cotización. Si usted tuviera que vender sus acciones cuando la cotización baje, podría perder parte o casi la totalidad del capital invertido.

No todas las acciones están sometidas a riesgos parecidos. Depende mucho de la empresa que las emita: su tamaño (¿se trata de una empresa grande y establecida o de una de reciente creación?), zona geográfica y divisa (España, zona euro, mercado emergente), sector de actividad (financiero, eléctrico, tecnológico), etc.

Volvamos al binomio riesgo/rentabilidad: los inversores están dispuestos a asumir un riesgo mayor cuando tienen la posibilidad de obtener rentabilidades mayores.

Un consejo muy importante:

Debe plantear su inversión en acciones con la vista puesta en el medio y largo plazo. La renta variable ha sido la categoría de activos con mayor rentabilidad a largo plazo. A corto plazo, sin embargo, se trata de una inversión arriesgada por su alta volatilidad.

La volatilidad es una forma de medir el riesgo y se refiere a las variaciones grandes de precio y de rentabilidad que sufre un mercado, un índice, una cartera o un activo financiero. Si un activo sube o baja mucho en poco tiempo, se dice que tiene alta volatilidad.

El efecto de la volatilidad tiende a disminuir con el tiempo. Por eso, el inversor a largo plazo no debe alarmarse excesivamente por las fluctuaciones diarias de los mercados. Nunca invierta en acciones dinero que va a necesitar a corto plazo.

Precio y valor de las acciones

El precio de una acción no es sinónimo de su valor.

Lo que determina definitivamente la cotización de unas acciones es la oferta y demanda en el mercado. Una empresa emite una cantidad limitada de títulos, por lo que si hay más compradores que vendedores, subirá su precio.

La oferta y la demanda dependen de la valoración que los inversores hacen sobre la empresa que emite las acciones. Los principales factores de los que depende esta valoración son las expectativas sobre el beneficio futuro de la sociedad, su tasa de crecimiento y la evolución prevista de los tipos de interés. Y otros factores más generales también influyen, como las expectativas sobre la evolución económica y la confianza de los inversores.

Cuando hablamos de acciones, la palabra valor puede significar varias cosas:

  • Valor nominal de una acción: El resultado de dividir el capital social de la empresa entre el número de acciones emitidas.
  • Valor de mercado de una acción: El precio de cotización de la empresa en el mercado de valores, resultado de la oferta y la demanda, por lo que varía continuamente.
  • Valor de mercado de una empresa: Su capitalización bursátil, es decir, el precio de cotización de una acción multiplicado por el número de acciones emitidas. Por ejemplo: Una determinada empresa ha emitido 20 millones de acciones, que actualmente cotizan a 30 euros cada una. Esto quiere decir que el mercado valora la empresa en 600 millones de euros. Es el precio que otra compañía debería desembolsar para hacerse con todas las acciones de la empresa. Lógicamente, el precio de mercado también varía, según las leyes de la oferta y la demanda.
  • Valor contable de una empresa: Es el patrimonio neto de una empresa, es decir, el valor de los recursos propios que aparecen en balance.
  • Valor contable de una acción: Es el valor contable de la empresa dividido entre el número de acciones emitidas. Normalmente, el precio de una acción es mayor que su valor contable, pero no siempre.
  • Valor de liquidación de la empresa: Es el precio de venta estimado en el caso de que se liquidaran sus activos y se cancelaran sus deudas. Para un inversor, que suele busca empresas con capacidad para generar beneficios en el futuro, el valor de liquidación tiene poco interés.
  • Valor actual: Es el valor, en el día de hoy, de la corriente de flujos futuros que se espera de una inversión, a un tipo de interés determinado.
  • Valor fundamental o intrínseco: No se trata de un valor exacto, ya que depende de previsiones futuras de beneficios que pueden variar según el analista que las realice. Para su cálculo, un tanto complicado, se analizan una serie de “fundamentos” empresariales, incluyendo ventas, beneficios, recursos propios, activo, perspectivas de negocio, etc.
Fiscalidad

Fiscalidad de los dividendos:

Los dividendos se consideran rendimientos de capital mobiliario y se integran en la base imponible del ahorro, que actualmente tributa por tramos, en función de su importe total, como se recopila en la siguiente tabla:

Tributación base imponible ahorro para 2015 de hasta % tributación
0€ 6.000€ 20%
6.001€ 50.000€ 22%
50.000€ en adelante 24%
Tipos de acciones

Casi todas las acciones negociadas en las bolsas de valores son acciones ordinarias, que son las que hemos descrito hasta ahora. Dan derecho a participar en el reparto de beneficios y en el patrimonio resultante de una liquidación, a la suscripción preferente en la emisión de nuevas acciones o de obligaciones convertibles en acciones, a asistir y votar en las juntas generales de accionistas y a impugnar los acuerdos sociales.

Existen otros tipos de acciones que tienen pequeños matices en cuanto a los derechos incorporados, comos las acciones preferentes, nominativas, sin derecho a voto y rescatables. Sin embargo, se tratan de emisiones muy escasas en el mercado español.

Para el inversor es mucho más interesante conocer otros criterios de clasificación:

Según la “calidad” de la empresa emisora:

  • Valores estrella o “blue chips”: Son acciones de empresas con sólidas estructuras económico-financieras, bien situadas en su sector y que además suelen pagar dividendos. Son valores de alta capitalización bursátil y elevada liquidez, por lo que el inversor raramente tendría problemas para venderlos. Ejemplos: Telefónica, Repsol, CocaCola, IBM, etc.  
  • Valores especulativos o “chicharros”: Situados al otro extremo, están las acciones de empresas de cualquier sector, de pequeño o mediano tamaño y baja capitalización, que incorporan un alto componente especulativo y, por tanto, un elevado riesgo.

Según lo “cíclico” que sea el sector:

  • Acciones cíclicas: Pertenecen a empresas cuya generación de beneficios está vinculada a la tendencia general de la economía. Los productos o servicios de estas empresas son menos demandados por los consumidores durante ciclos económicos negativos y más demandados durante los períodos más boyantes. Ejemplos: Industria del automóvil, líneas aéreas, acero, construcción.  
  • Acciones defensivas: Al otro extremo están las acciones de empresas menos afectadas por las subidas y bajadas de la economía en general. Estas acciones son más estables durante tiempos difíciles porque la demanda de los consumidores no disminuye de forma tan dramática durante ciclos negativos. Ejemplos: Compañías eléctricas, alimentación,…

Según su “previsión” de beneficios y de revalorización:

  • Acciones tipo “ingresos” o “de renta” (income stocks): Son acciones de empresas tipo “blue chips” que generan ingresos por dividendos de forma regular. Su precio por acción suele ser alto, y el inversor no espera realizar ganancias por su revalorización (plusvalía), pero se consideran las acciones de menor riesgo a largo plazo. Ejemplo: Compañías eléctricas  
  • Acciones “valor” (value stocks): Son acciones que se consideran baratas en relación con las de otras empresas de sectores y tamaños comparables o por tener una buena relación precio / beneficio por acción (PER). El inversor compra este tipo de acciones con la esperanza de que el precio de cotización se ajuste al alza y conseguir así una plusvalía.
  • Acciones “de crecimiento” o “de revalorización” (growth stocks): Son acciones de empresas con una previsión de crecimiento de sus ventas y beneficios. Normalmente, no pagan dividendos, por lo que el inversor busca rentabilidad a través de la revalorización a medio y largo plazo. Suelen tener precios medio-altos en relación a sus beneficios actuales. Una subdivisión de esta categoría son las acciones “de crecimiento agresivo”, que son las más arriesgadas. Ejemplos: Empresas tecnológicas, Internet.