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Hija de un vendedor ambulante y un ama de casa, pasó su infancia en una familia de escasos recursos económicos, con otros cuatro hermanos. Cuando Coco tiene doce años, su madre muere de tuberculosis y su padre les abandona. A partir de entonces la niña vivió en un orfanato de monjas, lo que influiría en muchos detalles en su vida. Allí aprendería el arte del hilo y la aguja con gran habilidad, lo que permitió que las monjas le consiguieran trabajo como costurera a los 17 años.

Su carácter le impulsa a dar un giro a su vida y se convierte en cantante de cabaret. Este trabajo le ayudó a conseguir relaciones sociales y a rodearse de personas influyentes que la apoyaron económicamente en su empresa.

Con este apoyo económico consigue abrir en París su primera tienda de sombreros, Modas Chanel, en 1909. En 1920 consigue abrir en Paris su primera Casa Chanel. Coco supo moverse perfectamente entre los hombres adinerados de la sociedad europea y las estrellas de cine. Llegó a ser pretendida por muchos aristócratas, el más destacado de los cuales fue el Duque de Westminster. Ella rechazó su propuesta de matrimonio y dejó la frase "Ha habido muchas duquesas de Westminster, Chanel hay una sola".

Su capacidad de observación le hizo ver los inconvenientes que tenía la moda para la mujer de su tiempo. Su vida reúne todos los ingredientes necesarios para convertirse en una leyenda: pobreza, abandono, amores, retos y, sobre todo, la genialidad y una fama duradera.

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