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El ahorro como gasto fijo obligatorio

16/04/2010

El ahorro como gasto fijo obligatorio

Con la excepción de unos pocos afortunados, todos trabajamos mucho para ganar nuestros salarios; dinero que luego se destina a pagar a los demás: al banco, al casero, a los colegios, al Estado, a las compañías de electricidad, teléfono y seguros…  Todos son pagos necesarios, pero ¿por qué no se paga también a sí mismo?

Ya hemos mencionado la importancia del ahorro para lograr nuestros sueños y el objetivo de guardar cada mes por lo menos el 10% de los ingresos.

La mejor forma de lograrlo es incorporando ese 10% dentro de los gastos fijos obligatorios del presupuesto. Es decir, asuma la obligación de pagarse una cantidad fija cada mes antes de presupuestar otros conceptos variables.

¡Páguese a sí mismo!

Aparte todos los meses un 10% de sus ingresos, como mínimo.

Quizá su entidad de crédito ofrezca alguna opción para transferir esta cantidad desde la cuenta corriente hasta una cuenta de ahorro u otro producto, de forma automática todos los meses. También lo puede hacer si usa la banca online o si la ordena en su propia sucursal.

Lo importante es coger el hábito a principios de mes antes de gastar el dinero en otras cosas.

Ojos que no ven, corazón que no siente. Si nos acostumbramos a no contar con este 10% dedicado al ahorro, no lo echaremos de menos.

El mejor destino para este ahorro dependerá de las circunstancias personales, etapa de vida y situación financiera de cada uno. Le recomendamos completar la sección “Chequeo de salud financiera” en la que podrá evaluar su situación actual.

Posiblemente, según sus circunstancias personales o la etapa de su  vida, después de realizar todos los recortes posibles, el presupuesto siga siendo demasiado ajustado para permitir este 10% de ahorro mensual. No se desespere; póngase de momento una cantidad menor, un 5% o incluso menos. Aunque sólo pueda ahorrar 5 ó 10 euros cada mes, merece la pena. La cantidad es menos importante que la constancia. Busque la forma de incorporar el ahorro sistemático, por pequeño que sea, a su manera de vivir.